Nombre Antiguo: MonteAlbano

Gentilicio: Montalbino

Habitantes:

  • Año 1900: 2.020 habitantes
  • Año 1950: 2.665 habitantes
  • Año 1995: 1.690 habitantes
  • Año 2019: 1.238 habitantes

Altitud (sobre el nivel del mar): 841 metros

La localidad de Montalbán limita el Parque Cultural del río Martín por el Sur. Situada en la Cuenca Minera Central, aparece en 1189 en manos de los Azagra de Albarracín, para después pasar a ser Sede de la Encomienda de la Orden de Santiago en la Corona de Aragón, que instituida en el siglo XIII -Pedro II entregó la villa a la Orden Militar de Santiago en 1210-, tuvo jurisdicción sobre los territorios aledaños de Utrillas, Castel de Cabra, Palomar de Arroyos, Torre de las Arcas y Peñarroyas.

La localidad también se cita en el Cantar de Mio Cid cuando se describen sus correrías por el valle del río Martín «El (Val) del río Martín todo lo metio a Paria «, citando esta localidad en el verso 1089 » e dexado a Huesa e tierras de Mont Alvan / Contra la mar salada conpeço de guerrear «. Fruto de su paso la toponimia podría ser esclarecedora, conociéndose los entornos del barranco del Infierno, como la peña del Cid y el barranco de la Peña del Cid.

Del recinto amurallado que se extendía por la margen izquierda del río Martín, todavía se conservan significativos restos y algunos camuflados entre las construcciones de edificaciones. En el interior del recinto dos escarpes rocosos altaneros controlan los accesos por el valle y que sin duda jugaron un papel principal en época medieval a tenor de los restos localizados en el más oriental de ambos, donde debió emplazarse el «Castillo» de la villa que vigilaba y controlaba el acceso al interior a través del valle del río Martín. De este castillo todavía se observan restos de construcciones de sillería camuflados entre los escarpes que hoy se conocen como «las peñicas». Desde la otra elevación -era de la Cruz-, se divisa y controla el acceso a través del barranco de la rambla, desde donde se goza de una buena vista parcial de la localidad, con la imagen de la iglesia que emerge sobre los techos de la villa.

El perímetro de la muralla acogió estratégicamente ambas elevaciones. Hacia el oeste, localizamos el » portal de Daroca» , con un pórtico de buena sillería, sobre el que descansa un cubo de la muralla y una torre cuyo interior se destinó para cárcel de la villa y que también le dio nombre «Torreón de la Cárcel». Desde aquí se da paso al eje principal de la villa, en principio denominado calle de Daroca, recta, estrecha y urbana, con edificios solariegos dando carácter señorial al espacio. Desde esta calle y en dirección norte se abren dos pequeñas plazas y se generan pasadizos o callejones cubiertos que ascienden hacia la elevación de la Era de la Cruz.

La calle Daroca muere en la Plaza Mayor -donde se localiza el ayuntamiento-. En esta plaza se localiza el edificio más sobresaliente de la localidad, destacando por su volumen y arrolladora majestuosidad, la «iglesia de Santiago» , considerada como uno de los edificios más insignes de Aragón realizada durante los siglos XIII y XIV.

Hacia el este, el eje principal se prolonga desde la plaza a través de la calle de Santa Engracia, de la que parten callejuelas en ambos sentidos mostrando un barrio más popular. Al norte, se abre el «portal de la Rambla» , la tradición busca en esta zona el barrio de la judería. Al final de la calle, surge el «portal de Santa Engracia» o «arco del Muro» , que señalaba el camino hacia la ermita del mismo nombre, hoy en ruinas, para desembocar en el cauce del barranco de la Muela y unirse a la carretera local de acceso hasta Peñarroyas.

Casonas solariegas, escudos en los sobreportales, pasadizos, pisos en voladizos, callejones cubiertos, miradores, hacen que cada rincón de esta localidad nos recuerde su rico pasado medieval como cabecera histórica de la comarca, enriquecido por los conductos subterráneos que la recorren y que son antiguos y espectaculares canales de desagües conocidos como «el caño de la villa «.
Recientemente, bajo la iglesia, se localizó una gran cavidad artificial que tras su limpieza se presentó como una gran bodega de tradición medieval y que hoy acoge el Centro de Interpretación de Geología y Espeleología del Parque Cultural del río Martín.